Un hoyo hundido en la tierra a modo de trampa mortal me ha hecho prisionera varias veces. En el fondo agua. Una pared de piedra negruzca empinada y resbaladiza hace que trepar por sus paredes se haga difícil. He encontrado el truco, entre estructuras sillares se esconde unas ranuras informes que sirven de peldaños en la odisea que se combierte salir a la superficie. He trepado por estas paredes mil y una vez. Me he vuelto a caer otras tantas. Mi vida se ha limitado a idas y venidas de ese pozo apestoso y resbaladizo. He salido adelante yo solita y saldré la próxima vez que caiga. Me alegra enormemente el saber que tengo brazos dispuestos a ayudarme en caso de fallarme algún pie en una de mis subidas.
La gravedad en mi mundo funciona al revés. Alguien dijo una vez que todo lo que sube baja. Y yo digo que todo lo que baja sube.