El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

17 octubre, 2011

Tras la puerta del fondo (Capítulo 9)

Entré en la oficina de mi amigo Quinto, me acomodé en una de las sillas que había frente a su mesa tras hablar con la secretaria que me dijo que volvería enseguida pues había salido a un recado. Mientras hacía tiempo para su regreso volví a ojear la noticia que me había estremecido y me quedé pensando un rato en qué sería de mi excompañera de piso si resultaba que al final ella no tenía la suerte de ser la protagonista de aquella funesta noticia.
Repasé mentalmente los objetos que recordaba que habían guardado mis caseros en su garaje... todo aquello me hacía pensar que Brazi pertenecía al negro mundo de la prostitución y las drogas, pero no sabía hasta que punto estaba inmersa en aquello y si si implicación había terminado como terminan muchas historias de ese tipo, con la muerte violenta a manos de cualquier animal sin escrúpulos. Mientras alimentaba mis cavilaciones con finales trágicos Quinto entró en el despacho sin hacer ruido, se puso tras de mí y me dijo:
- ¡Bienvenida! - el salto que di en la silla en aquel momento os lo podéis imaginar sin demasiado esfuerzo, y continuó - Buenos ojos te vean, mujer... Ven y dame un abrazo. - Me levanté y con el corazón sobrecogido le abracé con tal impresión que solo pude corresponderle verbalmente con un "hola".
Tras unos breves segundos de silencio, el tiempo que le llevó a Quinto sentarse del otro lado de la mesa en su sillón de cuero y acomodarse, retomamos la conversación.
- ¿Qué te trae por aquí, Lupi? No es muy habitual que vengas a verme a mi lugar de trabajo, así que no me quedá más que suponer que ha pasado algo...
- No te equivocas, querido amigo. Estoy intrigada respecto a un asunto, y más después de ver esta noticia en el periódico local - le puse el periódico sobre la mesa para que lo viera, él le echó una visual y con un ademán despreocupado trató de sacarle hierro al asunto.
- Noticias como estas te encontrarás cientos a lo largo del año, ¿por qué ha de quitarte el sueño esta en concreto?
- Tal y como lo dices da la impresión de que te da igual este tipo de noticias, ¿acaso te ha insensibilizado tu trabajo hasta el punto de no sentir nada ante las tragedias?
- No, no es eso, mujer... sólo me sorprende que esta noticia te haya podido alterar. Sé que cuadra cerca, en una de las playas de esta ciudad... pero no entiendo muy bien por qué estás tan afectada...
- Déjame que te explique, Quinto. Resulta que hace unas semanas una chica se instaló en mi piso y misteriosamente desapareció sin dejar rastro... - asintió con la cabeza en un gesto de querer hacerme entender que lo había captado, pero sus ojos vacilaron por falta de información -Pero lo curioso del asunto es lo que se encontraba en su habitación el día que los caseros decidieron hacer limpieza definitiva... Vamos a ver ¿cómo te lo explico sin liarme demasiado? ...
Empecé por contarle el día que la conocí, la información que pude sacar de Brazi en mi breve conversación el único día que la vi. Le conté el transcurso de los días y como mi entonces compañera no hacía vida social en el piso hasta el punto de que no se llegaba a pasar por allí. Le conté que posteriormente se había ido sin dar mayor explicación y sin pagar el alquiler de la habitación, que siguió ilocalizable hasta el momento y las cosas que habíamos encontrado. Este fue el punto en el que comenzamos a elborar un pequeño esquema de la situación.
Quinto me pidió copias de alguno de los documentos que encontramos en su habitación el día que la casera decidió vaciar y limpiar el cuarto, me dijo que hiciese una lista de cosas que recordaba haber visto o apreciado en el desorden de lo que era su habitación, por suerte Pedro había tomado fotos de la situación de la alcoba y todo su desorden al completo. Me hice con los documentos y las fotos en los días siguientes a mi primera visita al despacho de Quinto. Ahora con un resumen de la situación, mi amigo el detective comenzó a entender mi preocupación ante la noticia del periódico.
No quiso dar más importancia al asunto de la noticia y me intentó tranquilizar diciendo que averiguaría si Brazi se trataba de la misma persona que había sido hallada en aquella playa:
- No te preocupes más por el asunto, Lupi, si se trata de la misma mujer lo averiguaremos muy pronto, pero no te pongas en lo peor, así que duerme tranquila esta noche... - dijo - seguramente existan más personas desaparecidas que coincidan con la descripción, que por cierto es bastante general, que se detalla en el artículo... así que lo dicho.
Después de casi dos horas hablando con Quinto sobre el tema me levanté y me despedí por el momento. Me dirigí a dar un paseo por el castro, necesitaba un sitio más o menos tranquilo donde ordenar mis ideas y relajar aquella impresión que me había desestabilizado la mañana. Estuve en el mirador de frente al mar pensando un buen rato hasta la hora de comer que fue cuando abandoné el lugar. Recordé que tenía que llamar a Teté para hacerle una copia a los documentos con los que se había quedado pero como no podía quedar en los próximos días decidió que me los mandaría por correo electrónico.
Ya después de comer me senté delante del ordenador para hacer la lista de cosas que recordaba de la habitación, aproveché para mirar un par de cosas más en la red. A media tarde, recibí un correo de Teté con los documentos escaneados que tenía en su poder, guardé toda la información junto con la lista que había hecho en un documento de texto en una memoria externa para dárselos a Quinto a última hora de la tarde ya que había quedado con él para tomar unas cañas.

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