El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

29 febrero, 2012

Hoy tuve un sueño

Querida Cloe,

Te escribo para contarte que hoy, como cualquier otro día, he tenido un sueño. El motivo de esta carta es por el desconcierto que este hecho ha generado. No sé si considerarlo triste o alegre pero ha sido un sueño que no me dejó, para nada, indiferente. La sensación de reencontrarme contigo fue brutal, de nuevo pude abrazarte y besarte. Ha sido todo un lujo encontrate de nuevo.

Dicen algunas creencias que los sueños son el medio por el cual la gente que ya no está se relaciona con nosotras, me gusta creerlo. A veces sueño contigo y otras con abuela Lola, que por cierto hoy está de cumpleaños. Quizás esté contigo ahí, apyándote y animándote, así que no te olvides de felicitarla (hoy cumpliría 96).

Lo del sueño que tuve fue algo contradictorio, sentí inmensa alegría al verte pero cuando desperté me quedé pensando el aspecto con el que te encontré. Tú, que siempre has gustado de cuidar tu imagen, apareciste en chándal. Como me solías decir tú a mí: "Qué poco glamour". Y sonrío al recordarlo porque cada una tiene su estilo. Quizás te vestite de chándal porque descubriste la comodidad de dicha vestimenta, eso sí combinada al máximo.

Esta noche, en el sueño vestías un chándal gris, con susadera de capucha (como la que te presté la última vez) pero esta vez sin Pantera Rosa. Nos encontramos en la puerta de la cocina de la casa de tu madre, como hicimos antaño millones de veces, nos abrazamos y nos besamos las mejillas, detrás de mí venía mi pareja. Sí, esa mujer de la que te hablé que me robó el corazón y me tiene desde ese momento enamorada hasta las trancas. Te la presenté y os disteis dos besos, enseguida sonreíste y poco pudimos hablar después de la presentación pues el despertador me devolvió a la realidad.

Cloe (o Cañanca), me gustó verte, me alegré y sonreí. Después me quedé unos segundos sentada en cama asimilando esa conexión que habíamos vuelto a tener, y casi lloro. Se me antojó triste el momento de separarme de ti y de pronto tu aspecto me pareció otro motivo más de preocupación. Me reencontré contigo con tu aspecto de enferma y al despertar fui consciente de ello, eso me provocó angustia y tisteza. Por eso te comentaba de lo agridulce de mi sueño.

Enseguida tuve que cambiar esa pena que me producía tu imagen de "Cocoliso" (así te llamaba cuando habías perdido tu pelo por la quimioterapia y tú, recuerdo bien, que reías), decidí que el hecho de que te presentases así para el encuentro era un motivo para recordarte en ese papel de luchadora fuerte que has sido y serás siempre. Quise ver el lado positivo, porque lo hay, pues dentro de tu faceta presumida (no te gustaba que la gente te viese mal) decidiste aparecer sin más adorno que un chándal gris para conocer a "T". No quiero llorar al recordarte, perdona si lo hago alguna vez pero es puro egoísmo pues quisiera tenerte aquí, así que no me hagas mucho caso si me pongo triste.

Quisiera contarte un montón de cosas, pero eso será en otra carta. Ahora quisiera decirte que todas las personas que te conocimos te echamos de menos y que nos acordamos de ti muy a menudo. Disfruta de la abuela y de tío Chicho, seguro que están cerca. ¡Ah! Y Toliña, tu perra, sigue tan colgada como siempre, a veces me la llevo a pasear a la playa, es divertidísima. Cuidaré de ella y de tu madre, que es la que más te echa de menos. Visítala en sueños y cuéntale que estás bien, cuéntale que el orden del universo volvió a su lugar y que ya no sufres más, abrázala y sonríele para que poco a poco vaya levantando cabeza.

Un beso enorme y un abrazo inmenso allá donde quiera que estés. Te querré siempre.
LUPI

PD: Vuelve cuando quieras a visitarme, estaré encantada de recibirte.

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