El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

27 enero, 2011

Las etiquetas y yo

Cuando nací lo hice siendo persona y en ese momento me colgaron una etiqueta. Dicha etiqueta venía con un nombre, "Lucía". Involuntariamente y de manera previa a ese distintivo ya me había colgado uno por el hecho de ser mujer, en cuestión de unos minutos me había colocado dos rótulos que marcarían mi vida para siempre.
Hay etiquetas necesarias pero la inmensa mayoría son fruto de la casualidad o del azar, tuve la suerte de nacer en un país "democrático" en el que la pena de muerte no existe y los derechos se respetan en mayor o menor medida. Quiero decir, vivo en un país donde no me torturan ni linchan por una condición sexual aunque bien es sabido que la "zoociedad" (somos animales, del griego zoos, que viven en sociedad) en la que vivimos mira de manera distinta a una pareja heterosexual que a una homosexual, aunque sea tan solo por curiosidad. Tengo la suerte de vivir en un país donde puedo desenvolverme primero como mujer y después como lesbiana, pero no dejo de sorprenderme de las aberraciones que cometemos como animales racionales que se supone que somos.
Y digo que se supone que somos animales racionales porque en algunos momentos de la historia y de la actualidad no hemos sido capaces de echar mano de esa virtud para el bienestar de todos. Empezamos por someter a la mujer, por atacar a quien es diferente de nosotros sea por religión, raza o sexualidad. Yo me pregunto por qué no empezamos a usar la razón y empezamos a pensar como un conjunto uniforme de seres humanos, razonables y sobre todo civilizados, porque son más las cosas que nos unen que las que nos distingue de otros semejantes.
Vivimos plagados de prejuicios, yo la primera, y juzgamos a diestro y siniestro en función de lo que creemos verdadero. Nos creemos dueños y señores de la verdad más absoluta y todo lo que pueda contradecir dicha contundencia nos crispa y molesta. Entonces es cuando tomamos medidas: sometemos a quien creemos inferior, señalamos al diferente y lo castigamos con mayor o menor severidad, y toda duda razonable que nos puedan sugerir la silenciamos a palos. Y yo me pregunto que si alardeamos tanto de nuestro raciocinio por qué no ponemos en duda nuestras verdades absolutas, escuchando a los demás se aprende un montón y poniendo en cuestión ciertos asuntos nos obligamos a cambiar y evolucionar.
Como zoocióloga, y esta etiqueta me la invento yo, que soy me paro a observar muchas veces la sociedad en la que vivimos y creemos que hemos avanzado un montón porque vamos con nuestros iPods por la calle, nuestros móviles de última generación, porque tenemos un millón de amigos en las redes sociales y vivimos sin carencias materiales. Sin embargo sufrimos carencias más grandes, nos falta lógica, usamos poco el más común de los sentidos. Carecemos cada vez más de un sentido plural de lo que es ser persona y nos centramos en ser individuos, el egoísmo puro y duro nos lleva a juzgar a todo aquel que tenga una etiqueta diferente. Y yo vuelvo a decir BASTA YA de tanto petardeo, parémonos a pensar dos minutos al día en qué podemos hacer por mejorar el mundo. Debemos cambiar muchas cosas, como antes ya lo han hecho otros, y hacer que por lo menos se respeten los derechos fundamentales y no los que vienen recogidos en un "librito" de marras sino los que nuestro sentido común nos dicta, aparcando prejuicios y dejando de darle valor a todas esas etiquetas estúpidas que no tienen valor significativo, al fin y al cabo son prescindibles.
Me he dado cuenta de que cada vez odio más los distintivos, los tikets y las etiquetas en general, sólo sirven para poner impedimentos entre todos, sin embargo son útiles para ordenar los archivos, las películas, los libros, los discos... hoy pondré una etiqueta a este artículo por mucho que me pese, hoy yo también etiqueto cosas y gente.
LUCÍA, MUJER, GALLEGA, LESBIANA, ETIQUETADA.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Isto é toda unha declaración de principios. Estaría ben que fota tamén un principio de algo, que xente que non se parou a pensar nestas cousas recapacite e sexa capaza de pensar nas etiquetas que leva enriba e, sobretodo, nas que utiliza para os demais. Vai haber sempre etiquetas, o noso cerecro funciona así e vai ser así, para min o probleme é o significado que poden chegar a ter estas etiquetas e sobretodo o mal que poden facer certas etiquetas.

Un artigo moi bo.

LuPi LuKe dijo...

Ás veces ata escribo cousas coherentes... e onte douseme por pensar en alto e escribir o que acabo de deixar aquí, unha muller etiquetada que quere cambiar o mundo cambiando primeiro o seu interior.

O SuSo dijo...

Mi padre se llama Herminio, tremendo nombre, cuando conoció a mi madre María del Rosario, le dijo que se llamaba José Luis(aun a día de hoy ella y sus hermanas lo llaman así), mi madre le dijo que se llamaba Chari...
Mi hermano heredó el nombre ficticio de mi padre, luego con el tiempo evolucionó y se lo cambió por Joel(Yo y Él), a mi me bautizaron Jesús, demasiado para un renegado así que me reinventé como Suso, ya ves, en mi familia cada uno se pone el nombre que le da la real gana!!
Lo que quiero decir es que no importa lo que te llaman importa lo que tú te llamas, no importa lo que digan que eres sino lo que tú dices ser (y se dice más con la obra que con la palabra).

Cambiar el mundo lo veo cansadísimo, pero cambiar algo en mi, eso lo veo posible.

Un abrazo zooziologa, anda que!