El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

08 octubre, 2008

Operación champú

El sábado amaneció bueno pero una mala vibración sacudió mi ser, los gatos (Ray y Patus) no habían venido a molestarme por la mañana y curiosamente la noche anterior tampoco. No le di demasiada importancia a ese hecho pues el viernes por la noche había llegado a casa hecha polvo y cerré puertas y ventanas dejando a los pequeños felinos en el jardín.
La hora de comer se presentó tranquila, demasiado para que ante un menú de humanos solo se presentase el pequeño Patus a la mesa, Ray seguía sin dar señales de vida y eso me extrañó aun más. Después de comer me levanté y busqué a Ray por todas partes: garaje, jardín, habitaciónes deshabitadas por si se pudiera haber quedado encerrado, en casa de mi tía... Como no aparecía comenzamos a preocuparnos de verdad. Al rato mi madre bajó a donde las gallinas, teniendo que pasar por delante de la casa de la vecina, entonces escuchó un maullido débil y miró hacia los lados, delante, atrás... hasta que miró al tejado de la casa de la vecina y se encontró al pobre Ray metido en el canalón del agua, él no podía salir y lloraba desconsoladamente. Acto seguido me llamó y acudí con una escalera para rescatar al pequeño, cuando lo cogí en brazos estaba sucio, olía mal y quejosamente lloraba cada vez que se movía su pierna derecha. Me fijé entonces en que la tenía hinchada y por la pinta supe que se la había roto.
Lo lavamos y enseguida avisé a Campanilla de tal incidente por si estaba de guardia. A pesar de no estarlo, por la tarde me llamó para que le llevase al Ray a la clínica y así quedarnos tranquilas ambas. Le metió morfima para que el pobre Ray no tuviese dolor y enseguida se quedó drogui. Le hizo una radiografía y se confirmó lo que temía, una patita rota. No quedaba más remedio que operar, pues la fractura estaba desplazada y tenía pinta de doler mucho. Le vendó la patita y me dió analgésicos para Ray porque hasta el comienzo de semana no lo podían operar. Dos días a analgésicos y llegó el fatídico (o no tanto. Ponemos música de tensión en el ambiente) día en el que Ray pasó por quirófano (esta historia os la cuento mañana y os pongo hasta una ilustración).
...continuará

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