Nunca dejes que las buenas acciones desequilibren la balanza. Habla y convéncete a tí mismo de que esa persona es poco o nada, que no merece la pena. Piensa en sus defectos y olvida sus virtudes.
No dejes que el deseo de olvidar sea el motivo principal para recordar, busca el punto justo en que olvides solo lo bueno, lo malo será como leña al fuego de tu ira. Poco a poco la hoguera del odio irá tomando forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario