Han cantado en mi fiesta de cumpleaños más íntima y familiar y el tiempo se ha revuelto. La lluvia se ha puesto en funcionamento con más saña, y me temo que lo que pretendía era apagar mis velas puestas en una súper tarta de chocolate y galleta (hecha por mí) y no lo ha conseguido. Frustrada se fue a llamar a su amiga la tormenta que con sus truenos y rayos pretendieron lo que la lluvia había fracasado. Intento fallido y la tormenta avisó a su primo el de zumosol, el viento, que sopló y sopló y a un señor de mi pueblo mató pero no fue quien de apagar las velas tan bien colocadas en la tarta. Por la frustración de los fenómenos invernales la naturaleza me castigó con unos días más de lluvia. Creo que le pondré dos velitas para que esté contenta...
2 comentarios:
Feliz cumpleaños.
No podemos controlar la vida... A veces ni siquiera la nuestra.
Sonriamos, llueve.
Muchas Felicidades!!!
Seguro que ni el viento, ni la tormenta, ni na de na.
Al final tu dominaste la situación y las velas se apagaron gracias a ti.
Un beso y no se cuantos tirones de orejas... pocos pocos aún.
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