Hablando de felicidad...

Casualmente y gracias al maravilloso Aristótoles (y en general a los filósofos griegos que sostenían que la felicidad se encontraba a través de la sabiduría, la intelectualidad, la cultura y el saber en su más amplio sentido) hoy hemos tenido debate en clase. La pregunta a debatir era ¿es más facil ser feliz siendo ignorante (en su más amplio sentido, no sólo en cuanto a conocimientos escolares) que siendo una persona cultivada, inteligente y empirista? La respuesta de la inmensa mayoría fué que es más fácil ser feliz cuando ignoras todo, los peligros, las consecuencias, los cómos y los porqués.
La gente, que como yo, se pasa gran parte de su vida comiéndose la cabeza, dándo vueltas a todo lo habido y por haber de este mundo pierde el tiempo en buscar respuestas a preguntas que a veces no son fácilmente contestables. Durante esa pérdida de tiempo no somos quien de valorar lo que tenemos ante nuestros ojos, de reflexionar un poco y dedicarse a disfrutar el momento, la situación y en resumen de disfrutar de una felicidad que probablemente tengamos aunque sea momentanea.
La mayoría tratamos de encontrar la FELICIDAD plena y absoluta, dejando a un lado las pequeñas alegrías. Esas pequeñas alegrías son las que dan sentido pleno a la vida de una persona, no existe la felicidad de los cuentos de hadas y de princesas. Qué topicazo ese de "vivieron felices y comieron perdices", si luego indagases en la ficcticia vida de todas las princesas de los cuentos seguro que encontrarías sorpresas o disparates (al modo de ver de alguna gente cuando les cuento esto) como:
El príncipe de Cenicienta debía un pastón a Hacienda, así que para recuperar su fortuna tuvo que prostituir a su mujer sin que ningún personaje del cuento se enterase más que un narrador omnisciente que se olvidó de contarnos esos "pequeños detalles".
El de la Bella durmiente era un pendón bervenero, le ponía los tarros con todas, hasta con la mujer de pulgarcito, se cepilló a los siete enanitos y pilló ladillas por acostarse con la madrastra de cenicienta. Al final se divorciaron y Bella se quedó con el castillo y una paga de tres pares de narices.
Al novio de la Sirenita se le dio por la zoofilia y dejó a la pobre Ariel por el cangrejito Sebastian.
Blancanieves resultó ser bollera (casi tanto como yo) ya que el trauma de que los siete enanitos intentaran montárselo con ella la dejó tocada del ala. Intentó tirarle los trastos a Bella (la de la bella y la bestia) quien fue la única que conozco que no se separó porque aunque Bestia le puso los tarros más de una vez, ella no desperdició el tiempo y se pasó por la piedra a todos los príncipes de cuentos Disney y como no, probó también con Blancanieves, había que probar de todo en este mundo y se murió de sida 10 años después.
Feliz es aquel que se conforma con lo que tiene y lo aprecia a pesar de que tenga aspiraciones, yo ahora podría decir que soy feliz, a veces se me va la olla (como líneas arriba) pero es defecto del animal (dicen en mi tierra). Soy así y lo acepto y quien esté con migo ha de hacerlo también, os dejo por el momento... esto es lo que da de sí una tonta clase de Filosofía, ahora para seguir en la tónica Disney cantamos una canción: "akuna matata, vive y sé feliz.... akuna matata... "