El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

31 octubre, 2005

CAPÍTULO I

DESDE CERO (I)

Como cabe esperar, todo lo bueno se acaba. Lo mío con Álex se estaba acabando. Las broncas eran cada vez más habituales, discutíamos incluso sin motivo. El amor que tanto nos había unido ahora parecía esfumarse. A pesar de todo yo seguía enamorada.
Dos años de convivencia habían acabado por hacer desaparecer nuestros sentimientos. Por mucho que lo intentásemos no podíamos llevarnos bien, éramos dos polos opuestos. Hasta aquel indeseado día yo creía que los polos opuestos se atraían, pero la vida me demostró que simplemente no son compatibles.
Aquel viernes yo había ido a trabajar a la oficina muy temprano. Por aquellas fechas yo sospechaba que Álex se estaba viendo con otra persona, y no precisamente para tomar un café; pero no quise creerlo del todo. Cuando llegué a mi oficina me puse a revisar unos expedientes que tenía que entregar antes de mediodía. Entonces el día se puso gris y un mal presentimiento me estremeció. En ese mismo momento sabía que ese no iba a ser mi día. Antes de lo esperado había acabado de revisar los expedientes y la directora me dio día libre. Decidí ir a hacer la compra y preparar una comida especial para Álex, quería intentar arreglar lo nuestro y que las cosas fueran como antes.
Después de haber comprado me dirigí a casa, en la puerta había un coche desconocido para mí. No esperaba tener visita hoy. Entré en casa, un abrigo extraño estaba colgado a la entrada, no le di mucha importancia. Dejé las bolsas en la cocina y me dirigí al dormitorio, allí esperaba encontrar a Álex. Efectivamente la encontré allí pero no estaba sola. Lo primero que sentí fue impotencia y luego rabia, mucha rabia. Álex se sobresaltó y su compañero de cama también, ¿qué cabría esperar en aquella situación tan desagradable y embarazosa? Lo primero que hizo el tío aquel fue vestirse inmediatamente mientras yo salía precipitadamente de la habitación. Me senté en el sillón del salón y rompí a llorar.
El tío debió de salir por la puerta de atrás porque no le oí pasar por el salón. Era de esperar que Álex me estaba poniendo los cuernos pero lo que jamás he llegado a entender es que siendo lesbiana lo haya hecho con un tío. Yo me sentía traicionada pero un pequeño sentimiento de alivio se despertó en lo muy hondo de mí. Éste iba a ser el final de todas las broncas, de todos los malos rollos.
Álex bajó a intentar explicarme la situación, me dijo:
- Te lo iba a contar... no quería hacerte daño... yo...
- Pues vaya... si llegas a querer hacerlo no lo cuento... ¿Desde cuando?-.
- Dos,... dos meses... no sé como pasó... lo nuestro no iba bien... me sentía sola...
- ¿Y yo como crees que estaba? ¿Dando saltitos de alegría?
- Ahora no estoy segura de lo que siento... sabes que jamás había salido con un chico... y este, este... es especial... ha sabido comprenderme y consolarme... puede que me haya enamorado de él... nunca fue mi intención hacerte daño... lo juro... te quiero demasiado... pero creo que ya no como algo más que una amiga... lo siento... no sé que decir...
- ¿Y todos estos años? ... ¿Qué pasa con mis sentimientos? ¿Desde cuando tienes dudas acerca de tu sexualidad? Te recuerdo que fuiste tú la que dio el primer paso para que lo nuestro saliera adelante... Me has hecho mucho daño y no te quiero ver más por aquí, ¡fuera de mi casa!- mi rabia había aumentado.
- Yo... no quería... en serio... no sé en que estaba pensando cuando te besé por primera vez... Quizás me haya precipitado... tú siempre has sabido comprenderme y me has ayudado en los malos momentos,... eras mi mejor amiga... pero sabes que la línea divisoria entre el amor y la amistad es casi inexistente... estaba confusa... Lo siento, de veras...
- ¡No hables más! Ya me has hecho suficientemente daño por hoy. Y yo que creí que las cosas se arreglarían... ¡Ingenua de mí!- ahora la rabia se había transformado en odio.- No quiero verte más, lo digo en serio. Recoge todas tus cosas y ¡fuera! Cuanto antes mejor.
- Yo... – realmente se sentía mal pero yo la corté:¡No quiero escucharte más, ni verte... ni saber nada de ti!

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