El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

07 enero, 2013

Reflexiones mañaneras de un frío día de enero

Hoy, como cualquier otro día de invierno, hacía frío por la mañana y yo me dedicaba a prepararme para ir al trabajo. Salí a la calle vestida, duchada y preparada para afrontar el primer lunes del año con optimismo. Llegué al trabajo, me acomdé en un sitio y luego me fui a tomar un café mañanero. Un buen rato después de haber empezado la jornada laboral se me dio por entrar a ver qué se cocía en el "cara-libro" y lo primero que escribí fué la gran noticia de que por fin se había acabado la Navidad. ¡Bendito 7 de enero!
Cotilleando en los muros de mis conocidos acabé en un grupo donde había alguien que había hecho una reflexión que bien podría dar que pensar y bastante más que hablar. Esta persona se preguntaba por qué no había una voz que destacase entre el descontento de la población, hablaba de miedos y de muchas otras cosas que me hicieron pensar y por fin le contesté.
Yo contesté alegando algo que siempre me ha llamado la atención, para mí esa pregunta tiene muy fácil respuesta: Nos han "educado" en el individualismo en esta época tan "moderna" en la que vivimos. Me explico:
Nos han creado necesidades artificiales que nos provocan "ansiedades" innecesarias. Desde todos los ángulos nos han bombardeado que necesitamos nuestro propio ordenador, nuestro propio teléfono, nuestra propia conexión de datos, etc. El hecho de no tener este tipo de "cosas imprescindibles" nos causan, en muchos casos, rechazo de nuestro entorno más cercano. Esto provoca miedo al rechazo, inseguiridades y ansiedades. ¿Cómo hacíamos antes para quedar con nuestra gente sin tanta tecnología? Que no nos engañen que podemos vivir sin conexión diaria a redes sociales y chats instantáneos... en lugar de achicar distancias aumentan el distanciamiento humano. Hemos sustituido el contacto real con las personas que tenemos a nuestro alrededor por chats, tweets y mensajes instantáneos a través de diferentes programas de mensajerías. Por eso cada vez es más habitual ver en los bares un grupo de gente sentada a la mesa tomando café obviando a las personas que tienen al lado para contarle "sus cosas" por móvil. ¡Espabilemos un poco porque estamos perdiendo la humanidad!
La gente ya no interactúa entre sí, va con sus cascos y su música a todos lados, no saludan al entrar a un lugar donde se encuentran otras personas, no ceden los asientos en el autobús a personas mayores y embarazadas. Es algo que siempre me ha llamado la atención pues mis padres me hicieron especial hincapié en saludar cuando entro y despedirme cuando salgo. Me llama la atención que la gente mayor tiene miedo de los jóvenes y prefieren no dejarse ayudar a temer que les roben la cartera por el contacto físico. ¿Dónde ha ido la cordura y la buena educación?
Parece que poco a poco y desde hace un tiempo la gente empieza a darse cuenta que más allá de tener la última tecnología en móviles, ordenadores y demás artefactos electrónicos existe un malestar generalizado por la situación político-social. Las redes sociales permiten ver el aumento de personas con inquietudes y descontentos concretos, no dejan de publicarse fotos, textos y demás documentos protesta en contra de muchas cosas pero yo creo que no debemos quedarnos ahí. No sólo hay que mostrar nuestro descontento en el "caralibro", en pequeños e ingeniosos tweets o en cada una de las diferentes redes sociales que exiten hoy en día. Debemos levantar la vista de la pantalla y mirar a nuestro alrededor, hay pequeñas cosas que podemos hacer para cambiar el mundo, para aparcar el descontento y la desmotivación que nos provocan ciertas ansiedades (en parte provocadas por este tipo de cosas) y otras situaciones que nos afectan. No perdamos la humanidad y sigamos con el trato humano, cálido y reconfortante que no nos brinda la tecnología... Que no tengamos que pagar por abrazos, por calor humano...
Con todo este panorama de descontentos, depresiones y asiedades... ¿cómo se va a alzar una voz que hable por boca de todos si lo más probable es que esté ocupada mandando mensajes de texto por twitter o whatsapp
Y he aquí mi primera reflexión de año.

No hay comentarios: