El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

07 abril, 2011

"Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero."

Estos versos de Santa Teresa de Jesús me han dado que pensar y todo porque hoy en el trabajo hablando con una compañera vinieron a colación de una conversación que a penas recuerdo. Sé que el poema igual que la mayoría de su obra es sobre temática religiosa (y yo con esos temas no me suelo meter demasiado) pero estos versos me han hecho reflexionar en como adapto lo dicho en esa estrofa a mi vida personal.
Siguiendo el paralelismo del primero de los versos le dije a Meri, la compañera de trabajo con la que charlaba sobre la vida en general, "Muero sin morir en mí". Ella opinó que lo que acababa de decir no tenía mucho sentido, y puede que algun@ de vosotr@s pueda estar de acuerdo. Pues bien, aquí empieza mi reflexión:
Durante la primera veintena de mida (aproximadamente) no reparé en la levedad de cualquier vida y de la mía propia. Sabía perfectamente que todo ser vivo "nace, crece, se reproduce y muere" por lo que el funesto final cabe esperar en el momento de la concepción de la vida. Pero claro, estas cosas se aprenden con el tiempo por mucho que se hable de muerte a diario (no hay más que ver la televisión y los diarios) y siempre que la muerte llama a la puerta de alguien cercano. Entonces es cuando te das cuenta de la insgnificancia de una vida.
Pero no me quiero poner negativa, ni drástica y mucho menos triste, pero morir es parte de la vida y la frase que he dicho esta mañana tiene mucho sentido, por lo menos para mí porque cuando se pone fin a algo es acabar con su vida (se puede aplicar incluso a cosas o fases de la vida si consideramos su creación o inicio como origen de existencia y su desaparición como final de la misma, naciemiento y muerte). Según este planteamien mío, a medida que avanza la vida vamos perdiendo parte de nosotr@s mism@s cuando perdemos a un ser querido, así que una parte de nosotr@s muere con su marcha. Lo digo por experiencia propia, porque en los últimos seis años he perdido a personas importantes en mi vida y aunque, sigue viviendo en mi memoria y en la de aqullas personas que han tenido el placer de coincidir con ellas en vida, una parte de mí misma se fue con ell@s.
Entre esas personas quiero destacar especialmente a mi Abu y a una gran amiga que se fue de forma repentina. Pero la muerte no es algo triste ni negativo, como tampoco lo es un final. Un final es la frontera entre el pasado y el nacimiento de algo nuevo. No debemos ver mi frase como algo negativo o pesimista sino como motor principal de evolución y movimiento. El cambio está marcado por finales y principios y no por ello debemos ver con recelo y negatividad cosas como la muerte, porque si la vida es positiva, la parca también puede serlo. Así que día a día vivo sin vivir en mí y muero sin morir en mí...

1 comentario:

Taiara dijo...

En la muerte se debe pensar en momentos puntuales, mientras y durante todo el resto del tiempo hay que pensar en el presente y en el futuro a corto plazo. Que aunque sea verdad que a medida que vives, esa misma vida se va consumiendo es algo esencial del proceso de vivir por eso no hay que verlo de otra manera. Quedarse con lo bueno, con lo que eres y con lo que vas a ser... todo lo demás es cambio, y en el cambio nos encontramos todos.