Maneras de amar

Hay infinidad de maneras de maneras de amar y ninguna es mejor o peor que la otra, todas y cada una de ellas son perfectamente válidas y respetables. Hay quien ama con los ojos, con la piel, con palabras, con hechos, con la mente, con el corazón, con el alma, con gestos, con recuerdos, con silencios... Yo simplemente amo con todo mi ser.
Puede que cualquier frase o palabra que pueda decir para amar la haya dicho antes, puede que incluso se lo haya dicho a alguna persona en el pasado, pero lo que es seguro es que, aunque no sea exclusivo ni único todo aquello que haya dicho, es REAL. No sé por qué siento lo que siento con esta intensidad pero no me importa, me gusta sentir así y solo yo sé si es o no cierto. El resto del mundo podrá suponer e imaginar esto que describo por mi manera de mirarla, tratarla o tocarla.
No puedo quedarme quieta, inmóvil ante la mediocrida de una sociedad triste y gris, no quiero hacerlo. No quiero dejar que los celos estropeen algo maravilloso, pues muchas veces los celos son mentira y nosotras verdad. No quiero dejarme invadir de nuevo por la inseguridad porque el miedo se alimenta de cosas como esa y para estas cosas el miedo debe quedar a un lado.
Amar es ser valiente, exponer todo tu ser a otra persona, entregar lo mejor y lo más sensible que hay en nosotras mismas, arriesgarse a abrir tu corazón y tu mente a otro ser. Ahí no puede haber dudas ni miedos y la confianza es básica. Yo tengo una manera de amar diferente al resto, basada en todo lo que he dicho y en el contacto directo, una caricia, un abrazo, un beso... y si, a veces tengo miedo pero no dudas de que lo que siento es real como la vida misma.