El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

14 marzo, 2010

Buscando la paz

Era un sábado cualquiera de un frío mes de marzo, por fin había dejado de llover y el sol brillaba en el cielo, el viento hacía tener más frío que el que realmente hacía en un lugar costero de cuyo nombre no quiero acordarme. El invierno estaba llegando a su fin y la primavera empezaba a notarse en el ambiente, los brotes nuevos asomaban tímidos en los árboles que el inverno había desnudado a su llegada. Me gustaba contemplar dichos brotes decorando en tonos rosas y verdes el color oscuro de los de los troncos de los árboles caducos, pues significaba el incio de un cambio.
Hacía ya una temporada que necesitaba un cambio en mi vida, había permanecido atenta a las señales del destino que pedía a gritos cambiar determinados aspectos de mi vida, los sencillos brotes que salen con el comienzo de la primavera eran otras de la señales a tener en cuenta. Con el cambio de estación llegaban a mi vida cambios significativos, necesitaba urgentemente cambiar de trabajo y de piso, tenía que cambiar ciertos hábitos de mi vida como el sedentarismo y hacer algo más de vida social. Hacía tiempo que había perdido la motivación laboral y por mucho que intentaba escribir cosas nuevas no hayaba temática nueva sobre la que escribir.
En los últimos días me había dedicado a bucear en textos antiguos, relatos, poemas y demás historias que había escrito hacía años. Necesitaba momentos de paz y de inspiración así que había llegado el momento de ausentarme de la vida social de las cafeterías y adentrarme en los sonidos de la naturaleza, para eso me fui a la playa con un libro y una mantita para tumbarme a leer. Como errar es de sabios, o eso dicen los que se equivocan mucho para sentirse mejor, erré en mi primera elección, me dirigí a una playa orientada al norte y me senté en una piedra, leí algunas páginas y luego me di cuenta de porqué nunca me pongo en las piedras cuando voy a la playa, siempre hay moscas cojoneras molestando. Así que me levanté de la piedra avancé unos metros más en la arena y estiré mi mantita para tumbarme sobre ella. En un principio el viento no soplaba de forma molesta así que pude leer alguna página más pero en cuestión de minutos el tiempo se puso en mi contra y con el comienzo de la bajada de la marea se levantó un aire molesto que me hizo huír de aquella playa.
Tenía dos opciones, o quedarme en el coche a leer o marcharme a otra playa que estuviese orientada hacia el sur para evitar la molestia del viento. Opté por la segunda así que me dirigí a una playa tranquila que estaba muy cerca de la primera. Cuando bajé del coche ya noté la gran diferencia de temperatura entre una playa y otra, el hecho de que el viento no azotase de lleno el lugar hacía mucho más apacible el lugar. Esta vez no se me ocurrió acomodarme en ninguna roca, directamente me fui a la arena, detrás de una duna para resguardarme aún más del viento, estiré mi manta y me situé encima, saqué el libro de Ana Karenina y me dispuse a leer.
Esta vez había elegido bien el lugar, el sol brillaba y hacía esfuerzos por calentar el ambiente pero alguna nube traviesa trataba de frustrar su trabajo. Yo me encontraba tirada en la arena leyendo aquel libro, inmersa en la sociedad rusa en la que se movía la protagonista de la novela de Tolstoi pero el rumor de las pequeñas olas rompiendo en la arena me distraían por momentos. En uno de esos momentos que dejé mi labor de lectura pude darme cuenta de que llevaba más de una hora en total silencio, sin haber efectuado ningún sonido y no podía creerme el largo tiempo que llevaba callada. Por un momento una nube osada ocultó el sol y muy cerca una nube negra acechaba la apacible tarde, por un momento se arriesgó a soltar algunas gotas así que un gran arcoiris apareció en el cielo de repente, para entonces yo había guardado el libro en mi bolso tras haber leido varias páginas, me encontraba absorta mirando al cielo como una niña hipnotizada por aquellos colores en forma de arco. Dejé que algunas gotas acariciaran mi cara sin inmutarme, respiré hondo y seguí en silencio un buen rato. Cuando la corta lluvia cesó saqué mi cuaderno del bolso y comencé a escribir algunas líneas, líneas que me servirán de guía y de comienzo para futuros textos ya que yo siempre he comenzado a escribir por haber tenido un buen comienzo.
Varias personas paseaban por la playa, unos niños dando gritos rompieron mi silencio hasta el momento sólo roto por el murmullo de las olas y los zumbidos del viento. Hacía tiempo que no permanecía tanto tiempo en silencio, escuchando sólo los sonidos de mi entorno, volví a respirar y cuando el sol se metía en la cuna del mar a roncar decidí levantar el campamento y dirigirme en mi sola compañía a tomar un café. Continué en silencio un rato más, había estado más de dos horas sin mencionar palabra, todo un récord para mí. Entre tanto mutismo pude escuchar la voz de mis pensamientos, muchos de los cuales trataban sobre una persona muy especial que estaba muy lejos pera a la vez tan cerca que cerré los ojos para imaginar que en lugar de la lluvia era ella quien acariciaba mi cara, en esos momentos escuchaba como mis pensamientos decían añorando su cuerpo "ojalá estuveras aquí". Respiré hondo una vez más y me fui a casa con una tremenda sensación de paz que me duró hasta dormirme, como siempre pensando en ella otra vez. Aquella tarde había encontrado la paz.

2 comentarios:

Akasha dijo...

K lo sepas k eres de lo peor, jejej. Cada vez k leo un dos teus relatos acabo coa lagrimiña solta, non pode ser!!! consigues emocionarm ata tal punto k m fai acordarm de sentimentos e de cousas k tiña abandonadas no fondo da alma e non pode ser pork ahi enterradiñas deberian de kedar, hia moito k so choro en silencio e en soedade, hai moito k ninguen ve as miñas lagrimas, intentei facer unha coraza pero palabras como as k ti escribes son a miña kriptonita, van fasendo brechas. Sabes k sempre serei unha das tuas maiores admiradoras, fai anos k o son e iso non vai cambiar. Un bikaso po meu toxo.

LuPi LuKe dijo...

E digo eu, que ten esto de triste?