El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

14 junio, 2009

Arena y sol, un mar azul, contigo yo, conmigo tú.

Silencio, paz y tranquilidad. Eso respiraba mientras me sumergía en una historía que me capturaría al momento desde sus primeras líneas, soportando entre las manos el peso leve de un libro, un libro que formará parte de mi vida para siempre. Mi vida, mis ideas alborotadas por pensamientos ajenos plasmados en una historia de amor que me hizo reflexionar. Un amor tan pesado como leve, tan cercano como distante, un amor con sus dos polos opuestos, pero al fin y al cabo un amor.
Mi historia se remite a una playa casi desértica en un día primaveral con sol, un sol que no calentaba demasiado, de ahí que en la playa hubiese a penas media docena de personas. Yo bajé acompañada de mi mantita y de tu presencia reencarnada por un momento en un libro, un libro que en cada página que leía me acercaba más a tí a pesar de la distancia. Cada línea, cada párrafo y cada hoja hacían que me sintiese más cerca de tí pese a que nuestros cuerpos estuvieran distanciados en el mapa por varios kilómetros.
En silencio cogí el libro en mis manos y comencé mi aventura sumergiéndome en "La insoportable levedad del ser". Estuve más de una hora sin emitir un sonido (he de reconocer que es todo un récord para mí), sin mediar palabra, sólo el silencio a veces roto por voces que paseaban cerca de mí hacían volver al mundo terrenal. Sólo entonces percibía que no era el silencio quien reinaba en la playa sino la paz, la paz armoniosa del sonido del mar y la tranquilidad de estar lejos de la civilización. Físicamente estaba allí junto con la arena, el sol y un mar azul pero mi alma estaba en ese mundo que había creado para situar a los personajes del libro, un mundo en el que nuestros cuerpos estaban enfrentados a pocos centímetros de distancia, un mundo donde estaba contigo yo y conmigo tú.
Llegó la hora de recoger el campamento y en silencio cerré el libro, recogí la manta y me fui a casa pensando en que ojalá hubieses compartido conmigo esos momentos de silencio, paz y tranquilidad. Entonces algo me dijo en mi interior que de algún modo había ocurrido así pues me sentía más cerca de tí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya el simple hecho de tener ese libro entre tus manos y sumergirte en una historia que hasta hace poco era desconocida para ti hace que esos momentos fueran compartidos, con tu emoción,tus reflexiones, tus comentarios... también mi sorpresa y alegría de tener ya algo más en común, porque de algún modo, ahora y para siempre Teresa y Tomás formarán parte de nuestra historia.