
Dos ojos, el reflejo de un alma. Un alma atormentada en ocasiones y libre siempre, dentro de un cuerpo mortal que se esconde bajo una cazadora negra en invierno.
Estas Navidades he decidido dar la cara a aquellos que no me conoceis y leeis mi blog (a esas pocas personas que pululan a veces por aqui)... La inmensa mayoría me conoce de sobra y por eso en ocasiones me corto a la hora de escribir. Me encantaría deciros siempre lo maravillosos que sois pero he de reconocer que a veces no os aguanto. En especial a tí. Y es que en Navidad hay que ser sincero a pesar de que sea la época del año más hipócrita, yo me sincero con quien haga falta y si tengo que decir cosas que no gustan las digo...
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