Mis palabras se evaporan con cada sentimiento que bomita mi alma. El paso del tiempo está cicatrizando mis heridas y haciendo que mi inspiración desaparezca. Por desgracia los mejores textos los escribo cuando estoy melancólica, triste o deprimida. Ahora estoy en fase de no sentir ni padecer. La tristeza se ha marchado con las neuronas que maté con vino y hachís, mi melancolía se quedó en camas ajenas y ahora vuelvo a ser yo. Hago lo que quiero cuando quiero y con quien quiero, sin porqués ni excusas. Ahora vuelvo a ser libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario