¡Este calor es morirse a plazos! Ahora estoy disecada, nunca pensé que acabaría como esos animalejos que colecciona alguna gente con ojos que miran a ningún sitio y si te pones delante parece que no te sacan la mirada de encima. Hoy me he muerto de calor, ¿por qué escribo entonces? Es un poder superespecial que tenemos los espiritus, como en aquella canción de mecano que decía ser aire.
Hoy he muerto y resucitado al pensar en la cantidad de cosas que me quedan por hacer en esta vida, además de mil y otras razones que ahora no vienen al caso. El sudor corre por mi frente y el incesante calor impide que respire con normalidad, por momentos pierdo la capacidad de respirar y vuelvo a morir. Y en cada cansada inspiración que realizo un poquito de vida entra en mi cuerpo para evitar que mi alma se separe de mi cuerpo. Esto es lo que yo llamo morirse a plazos, el día que venza el último pago dejaré que mi espíritu se eleve hasta las inmensidades del infinito universo, entonces ya no seré yo sino un cuerpo extraño sin expresión, entonces esos 21 gramos famosos se habrán volatilizado.
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