El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

15 marzo, 2006

Un día duro

El domingo me metí en cama con el presentimiento de que el lunes se produciría esa llamada que anuncié en otro post, mi intuición acertó de pleno otra vez. El lunes a las cinco y diez de la mañana el teléfono sonó haciendo que saltase de la cama, una voz me comunicó que me abuela había fallecido, era la voz de mi madre abatida y entre llantos.
Aunque sabía que ese día llegaría nunca esperé que fuera tan pronto, al principio me costó asimilar la noticia, a los cinco minutos mi prima Sonia entraba por la puerta para darme un abrazo e invitarme a su casa a la espera de instrucciones para no estar sola en casa.
Un par de horas después al tanatorio, de donde no salí en dos días pues el sepelio no fue hasta ayer por la tarde. En dos días dormí poquísimo y descansé menos, ayer el tiempo no me daba pasado y con cada hora que pasaba mi corazón latía más fuerte y algo en el estómago me angustiaba. La familia permaneció unida durante los momentos mas duros, hermanos, primos, tíos, nietos, bisnietos y amigos trataban de contener como se podía el dolor por esta gran pérdida.
Ayer casi le pego un bocado al cura por gilipollas, pérdoname abuela por decir esto, pero cuando vino para rezar unas oraciones por la mañana me dijo que para ser buena persona hay que ir a misa (sí claro, mato a cinco personas y por ir todos los domingos a misa soy una buena persona ¿no?) y me tuve que contener para no contestarle. Yo no creo en Dios, pero mi abuela sí lo hacía, y mucho y si aguanté lo que aguanté de esta persona tan desconsiderada fue por ella. Lola, que así le llamaban a mi abuela, siempre le pidió a Dios no tener dolor llegado el momento de partir de este mundo y así llegó su día.
Tenemos el consuelo de que con sus 90 años vivió como una señora, en los tiempos de guerra trabajó como esclava para sacar a sus hijos adelante y que a pesar de ser una persona de campo se culturizaba leyendo el primer libro que cogía por casa (novelas de amor, biografías de santas, ...) y por eso la admirábamos todos. El último paseo que dió fué como más le gustaba a ella, al sol. Ayer el tiempo se concedió el lujo de despedir a mi abuela con muy buena cara, el sol brillaba y la temperatura era óptima para hacer lo que a ella más le gustaba, pasear.
No voy a entrar en detalles de los momentos duros, prefiero quedarme con todo lo bueno y recordarla con un libro en la mano, una gorra en la cabeza y a la sombra de un paraguas en su silla en la huerta. Ayer fue el día más duro de mi vida, nunca antes había despedido a un ser tan querido y admirado. Era la más moderna de todas las señoras de su edad, le gustaba mi piercing en la ceja e incluso el color de mi pelo cuando lo teñí de verde, se adaptaba perfectamente a los nuevos tiempos. Para mí era la mejor abuela que podría haber tenido jamás y por eso la echaré muchísimo de menos.

2 comentarios:

Meiko dijo...

Lo siento mucho. Se lo duro que es perder a alguien y que todo lo que te digan no sirve para que te sientas mejor.
Lo mejor para estos dias es sentirte acompañada, y espero haber puesto un pequeño grano de arena en eso.

Pequeña saltamontes dijo...

Lo siento Lisa, mucha fuerza... Y recuerda q los q mueren no se van de repente, sino poquito a poco, manteniéndolos vivos en nuestros recuerdos... Un beso.