El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

06 mayo, 2011

Todas somos princesas

Os escribo un cuento adaptado del vídeo Maltrato "Sutil" que podéis ver en Youtube en este enlace http://www.youtube.com/watch?v=0y9zJ5J2bWA . Me ha hecho reflexionar y reescribir la historia obteniendo este resultado:

Hace mucho, mucho tiempo (o no tanto...) en un país muy, muy lejano (o no...) nació una princesa hermosa, con unos ojos grandes y preciosos que miraban a su alrededor con curiosidad, su cuerpo blanco y bonito exploraba su entorno y ganaba seguridad con cada movimiento... hasta conseguir en poco tiempo moverse con armonía y elgancia.

Con el paso de los años creció, se hizo más hermosa y la gente comenzó a decirle que para ser guapa tenía que vestir atuendos bonitos, femeninos que acentuasen su belleza y feminidad, entonces dejó de sentirse guapa cuando no vestía ropas lujosas y bonitas.

No contentas con eso, las gentes comenzaron a decirle que el blanco de su piel no era lo más adecuado, que ahora en el reino se llevaba el moreno, así que llendo a solariums cambió el color de su piel para ser más guapa y le enseñaron a maquillarse para tapar pequeñas imperfecciones humanas como granitos propios de la edad de la adolescencia. Entonces comenzó a sentirse fea si no salía maquillada y bronceada.

Como la princesa no era muy alta, la gente comenzó a decirle que para ser más alta y más esbelta tenía que llevar tacones, así que cuando no los llevaba se sentía bajita a pesar de que su estatura era superior a la media de la población.

No conformes con todo lo que le exigían continuamente a su princesa, el pueblo comenzó a decir que una para que una princesa fuese guapa tenía que ser delgada, así que poco a poco nuestra princesa dejó de comer lo que le gustaba y en los banquetes reales no comía nada por lo que pudiera pensar la gente.

Le dijeron también que su pelo no era del color esperado, que su pecho no era todo lo grande que le gustaba a un posible candidato a marido, le dijeron que su cintura, sus labios, sus manos... todo era sometido a crítica y la princesa empezó a sentirse fea hasta tal punto que todos los días de su vida cotidiana necesitaba hacer grandes sacrificios para sentirse algo guapa y tratar de contentar así la opinión del reino.

Dejó de sentirse guapa, dejó que la opinión de la gente fuera la vara que midiese y juzgase su belleza, empezó a sentir inseguiridad y dejó de moverse con armonía y elegancia. Le habían inculcado el no quererse como era, a necesitar echar mano de agentes externos para ser digna de los demás y por temor a que la gente descubriese como era la princesa en realidad fue perdiendo su amor propio.

Y sintiéndose así, conoció a un caballero que aspiraba a ser su marido, no por lo que nuestra princesa era sino por todos los bienes que tenía y las ventajas que suponía poder llegar al trono una vez muerto el rey. Y él comenzó a tratarla como si ella no fuera digna de él y a ella le parecía lo más normal del mundo.

Llegados a este punto la princesa carecía por completo de autoestima así que pemitió que la pisoteasen y maltratasen, primero psicológica y luego físicamente. Así que siguiendo los designios de la gente de su reino y de su propia pareja empezó a consumirse en aquella "belleza" forzada y de la delgadez extrema pasó a la desnutrición, se le estropeó la piel de tanto solarium, el pelo se le estropeó de tantos tintes, ... Y así acabó por consumirse del todo, cuando murió no contaba con 21 años y todo el mundo empezó a criticar el motivo de su fallecimiento.

La gente decía que era normal que muriese porque no comía y había pasado de sus curvas de mujer a protuberancias óseas por todo su cuerpo, que aquello no era sano y que tendría que haberse cuidado más, que se había pasado en sus dósis de solarium o dorándose al sol para llegar a aquella piel morena plagada de manchas solares y que mil historias más... Pero ellos no se daban cuenta de su error y seguían exiguiendo de manera insciente cumplir unos cánones de belleza femenina a todas las jóvenes del reino.

No debemos olvidar nunca que la belleza es una actitud, que se es verdaderamente preciosa cuando somos auténticas, cuando nos sentimos bien con nosotras mismas independientemente de lo que piensen los demás. Porque si no nos sentimos guapas nadie nos verá guapas, porque si no nos queremos nadie nos podrá querer. Y que a pesar de que seamos como seamos, hagamos lo que hagamos, siempre habrá gente que nos critique por ello.

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