El blog de la zoocióloga que quería ser escritora

ETERNAMENTE EN OBRAS - Este blogue naceu da necesidade de sacar fora o meu mundo interior, como ferramente que me axudou a aprender a expresar e transmitir sentimentos en sensacións. Escribir foi o que fixo de min unha persoa que conseguiu evolucionar ata o punto no que me atopo hoxe.

Neste blogue atoparás textos en galego e en castelán porque dependendo do día no que esscriba e dos sentimentos do momento a lingua que se pronuncia pode ser calquera das dúas.

26 marzo, 2010

Capítulo III. El desayuno

Entré por la puerta de la cafetería “Breakfast” cinco minutos más tarde de la hora a la que se suponía que habíamos quedado Julia y yo, me senté en la mesa del rincón, donde solíamos hacerlo cada mañana. Como de costumbre Julia llegaba tarde y su media hora se convertirían en cuarenta o cincuenta minutos, puede que quizás una hora entera. Cogí uno de los periódicos del bar y me puse a leer las noticias de la mañana. En portada aparecía la foto de un accidente de tráfico que se había producido en la circunvalación, cerca del polígono industrial, se habían visto implicados dos coches, un turismo de alta gama de una conocida marca alemana y una furgoneta de reparto, el conductor del turismo había salido gravemente herido y el repartidor, por suerte para él, había salido ileso. Al parecer el turismo había tenido la culpa del aparatoso accidente.

Estaba leyendo los detalles de la noticia cuando alguien entró ruidosamente en el bar. Levanté la vista del periódico y pude ver al borracho de turno que buscaba más bebida para continuar ahogando sus penas, enseguida el camarero lo echó del local. Continué leyendo la noticia que describía lo que se creía que era la causa del accidente, se decía que el turismo probablemente circulaba a demasiada velocidad y al pisar un charco convertido en hielo durante la fría noche pasada, que hizo al conductor peder el control del coche terminando por impactar contra la furgoneta de reparto que venía en sentido opuesto por su carril. Hasta el momento todo eran suposiciones de los agentes de la ley que habían acudido al lugar del accidente.

Después de leer la sección de sucesos leí a las tiras cómicas, me reí y ojeé algunas noticias de política, economía y sociedad. Estaba leyendo algunos titulares en la sección internacional del diario cuando Julia apareció por la puerta apresuradamente y disculpándose por la tardanza, sin ni siquiera haberse sentado. A mí ya me habían servido el café e iba por la mitad, enseguida pidió un té con leche y una tostada para desayunar y se acomodó enfrente de mí. Nada más sentarse dijo:

- Cuéntame, pillina… ¿qué has hecho anoche tan importante como para no llamarme? – Y se rió pícaramente insinuando que yo había quedado con mi amigo y amante ocasional, pero por suerte o desgracia estaba equivocada.

- No, Julia, no he quedado con mi amiguito – resaltaba esta palabra para darle el retintín que ella había utilizado en su pregunta – que por cierto, se llama Raúl. A ver si dejas de referirte a él con todos los nombres que empiezan por “erre”.

- Entonces… ¿simplemente saliste tarde de la oficina tan cansada que ni una cervecita te apeteció tomarte conmigo?

- Básicamente salí de la oficina tarde y se me olvidó llamarte, iba pensando en el documento que me habían pasado para revisar antes de publicar… -hice una pausa - De camino a casa me pasó algo extraño, cuando iba atravesando los callejones por los que atajo… ¿sabes a cuales me refiero?

- Sí, esos por los que una mujer normal no pasaría a altas horas de la noche por precaución… esos en los que en ocasiones pasan cosas… digamos, raras… o más bien ilegales.

- ¡Bah! – dije quitándole hierro al asunto – no es tanto como lo pintan, en el tiempo que llevo trabajando contigo sólo he visto a algún chaval trapichear con hierba o hachís en el callejón, así que no son tan peligrosos como te crees. Pero a lo que iba, ayer cuando volvía por ahí tuve la sensación de que me seguían, me sentí observada y perseguida – contaba mientras daba un sorbo a mi café, paré unos segundos y continué – a pesar de esa sensación… que reconozco que me he asustado un poco… ocurrió algo bueno, un ruido me asustó bastante pero cuando me acerqué para descubrir qué ocurría me encontré un gato negro de a penas unos siete meses. Decidí adoptarlo y me lo llevé a casa.

- Pero Alice… sólo a ti se te ocurre llevarte a casa al primer ser desvalido que te encuentras en tu camino… y después de un susto como ese – sonrió y me miró con un gesto de desaprobación y siguió – si hubiese sido yo aún estaría corriendo ahora. Y para colmo te llevas a un gato cotroso, sucio y asqueroso a casa a la primera de cambio.

Sabía perfectamente que a Julia no le gustaban los gatos, y mucho menos los callejeros, pero al fin y al cabo era mi vida y yo decidía con quien compartirla, también sabía que me decía aquello para que me deshiciera de mi nuevo amigo. Dejó de criticar a mi nuevo amigo cuando continué por contarle la sensación de sentirme perseguida hasta mi casa, le dije además lo de la sombra en el parque de enfrente de mi casa y el susto nocturno que Shadow me había dado al romper el vaso.

- Pues sí que te pasan cosas raras a ti últimamente ¿no? El otro día con las llamadas esas, las que al descolgar no tenían respuesta, sólo silencio. También están los faxes en blanco que llegaron a la oficina… ¿serán coincidencias? – Me decía Julia algo preocupada. – no sé si deberías comentárselo a la policía, no vaya a ser un perturbado acosador que quiere hacerte daño.

- ¡No seas exagerada!, no creo que sea para tanto, lo de los faxes seguro que fue un error, las llamadas… hay mucho gracioso suelto por ahí, incluso podría haber sido algún compañero de la oficina… yo qué sé… tampoco creo que deba preocuparme mucho. - dije en tono algo humorístico para evitar preocuparla más y empezar a preocuparme seriamente a mí misma.

- Yo no estaría muy tranquila… mucha coincidencia junta para mi gusto y estos temas me ponen la piel de gallina… mira nena, no lo quiero ni pensar. Sabes me preocupo por ti, eres una de mis mejores amigas, y por supuesto no quiero que te pase nada malo…

Continuamos un rato más con la conversación de lo acontecido durante las últimas veinticuatro horas. Le comenté el tema del sobrecito, le dije que contenía una llave azul y un mensaje ilegible. Me pidió verlo así que se lo enseñé, se sorprendió al ver la llave que era un tanto extraña y su color le había llamado la atención. Sin duda le llamó más la atención el dibujo a pié de nota.

- Este dibujo me suena de algo, creo que lo he visto en algún sitio pero ahora no puedo recordar dónde – dijo intrigada mirándome fijamente, me devolvió la llave y se quedó de nuevo observando el dibujo pensativa. - ¿dónde habré visto yo este dibujo antes?

- No lo sé, Julia, no estoy metida en tu mente… tú eres muy despistada pero seguro que te acordarás en el momento menos esperado, como siempre… - nos quedamos unos segundo más mirando el dibujo por si a Julia le venía la inspiración y se acordaba de dónde podría haber visto ese símbolo.

El dibujo era como un ojo o un pez con un círculo en su interior, rodeado por lo que suponía que era una elipse que envolvía el centro de lo que yo suponía que era ese cuerpo de un pez a la que me refiero. Me recordaba un poco a una arroba pero en lugar de encerrar una “a” en su centro encerraba esa forma característica del cuerpo de los peces que dibujan los niños pequeños o la forma que dibujan los párpados sobre el globo ocular. Debajo de esta especie de arroba había dos ondas, una encima de la otra. Pensé a lo largo del café en qué podría significar este mensaje misterioso. Nos quedamos charlando un rato más sobre el tema hasta que llegó la hora de entrar a trabajar, hicimos suposiciones sobre el significado del mensaje, incluso llegamos a bromear con que ese mensaje podría ser de una momia egipcia que había despertado y buscaba venganza, era nuestra forma habitual de quitar importancia a las cosas (ridiculizarlas hasta tal punto que resultara imposible creerlas). Lo cierto es que el dibujo podía parecerse un poco a algún símbolo egipcio. Tomamos el café, guardé el sobre y su contenido en el bolso, nos levantamos y nos fuimos a la oficina.

3 comentarios:

tha dijo...

que es el simbolo q es el simbolo!!!!
xDD deberías subir un dibujo ilustrativo!!! :p

tha dijo...

muy bueno LU!!!!!! ;)

LuPi LuKe dijo...

A petición de una lectora he tenido que currarme el dibujo que he tratado de describiros en el relato. Ahí (en el margen del blog) tenéis el dibujo que se supone que estaba al final del mensaje.