Soy capaz de devolver con una sonrisa una traición, soy capaz de coger la mano de aquel que con ella me señaló. Cuando me entrego lo hago por completo, así espero que la gente haga lo mismo que yo pero luego resulta que aquel proverbio que tanto me gustó siempre no es aplicado por mucha gente. (El proverbio al que me refiero es "trata a los demás como te gustaría que te tratasen a tí")
Cuando conozco a alguien le concedo mi confianza, mi respeto y mi admiración. El que no arriesga no gana así que arriesgo en la amistad (en el amor es otra cosa) y así muchas veces me llevo con el canto en los dientes si no me la juegan bien. Cuando alguien me falla dejo todo aquello que le entregué a un lado, preparo el culo y espero una patada. A veces no ocurre, a veces no llega la patada así que considero que es posible una segunda oportunidad. La seguna vez hago lo mismo, me agacho y preparo la patada, sé que ahí llegará. Y no falla.
Errar es de humanos. Si la patada no premeditada y con alevosía, soy capaz de perdonar.
La amistad es algo que atraviesa el alma, es un sentimiento que no se te va... Por eso a mis posibles amigos les tiendo mi mano y les doy la bienvenida.
PD: Cuando veas una estrella fugaz guárdala en tu corazón, es el alma de aquel que consiguió dar a los suyos su amor.
1 comentario:
Mi madre decia...cuando cuentes a tus amigos date cuenta q de los dedos de una mano te han de sobrar dedos.
Y yo me lo creo.
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