No se puede definir el amor así que se me ocurrió un símil. Intentar explicar qué es exactamente el amor es como intentar coger el agua del mar entre las manos, a medida que elevas tus manos para coger agua, esta se escapa entre los dedos y por mucho que apretemos no podemos evitar ese hecho.
Por eso el amor sólo se puede sentir y cada persona decide a qué profundidad desea hacerlo. Siempre hay quien trata de guardar el agua en recipientes artificiales, el agua que capturan en ese caso no se escapa pero se limita y al final ese agua termina por evaporarse o pudrirse. El agua empieza a teñirse de verde, comienza a crecer verdín en su seno y llega un punto en que no se sabe si lo que hay en el recipiente es agua o simplemente podredumbre verde.
Yo he optado por sumergirme poco a poco en el mar del amor, desnuda y sin nada artificial que contamine mi ser. El agua, por momentos fría, fue tocando cada parte de mi cuerpo lentamente, aclimatándome a la nueva situación, mi ser inmerso en un océano de sensaciones y sentimientos. Ahora floto con los ojos cerrados en esta masa de agua que hice amor en mi metáfora, segura y sin miedos, ahora me siento viva.
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