Si echais la vista atrás, recordareis al viejo Willy Fog y a sus amigos Tico y Rigodón, también a su preciosa novia Romy, aquella gata con velo que les acompañó durante gran parte de su viaje. Siempre que veo un tren de vapor no puedo evitar que estos personajes vengan a mi mente, ¡fueron geniales! Todo un ejemplo de perseverancia y optimismo, ellos creían en su causa y consiguieron que se hiciese realidad.
Habrá quién me acuse de infantil, o incluso que de algo peor, pero si os parais a pensarlo un poco la historia no está tan fuera de lugar. Me encanta esa frase que dice "No sabía que era imposible y lo logró"... Tengo comprobado que lo que realmente queremos no están tan fuera de nuestro alcance si realmente tenemos fé en ello (no me he vuelto loca ni profeta, tampoco he sufrido sobredosis de visitas a la iglesia...).
PD: ¿os acordais de la música?
"(...) Son ochenta días son, ochenta nada más
en barco, en elefante, en tren
en tren, con nosotros ven
lo pasaremos bien (...)"
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