No he sabido nunca ver en qué momento empieza el declive de una relación. Cuando me doy cuenta estoy metida en una tormenta de pensamientos contradictorios que me hacen dudar de todo, incluso de mí misma. El problema es cuando empiezo a dudar de mi persona. Es entonces cuando se libra una discusión entre el diablillo y el ángel que se posan en sendos hombros, como si una película de dibujos se tratase. El diablillo intenta buscarle los diez pies al gato mientras el angelillo trata de ver el lado positivo.
Hay momentos en los que mataría a ambos, pero entonces dejaría de razonar. De esta manera sopeso las cosas y en ocasiones ganan los pensamientos negativos, pues no estoy en mi mejor época sigo siendo testigo de aquella guerra que describí en posts anteriores y eso me afecta bastante. Por otro lado creo que estoy en una línea descendiente del gráfico de la vida, espero no tocar fondo otra vez, pues acojona mucho. En fin que voy a dejar de escribir por hoy sino voy a empezar a pensar más de la cuenta y no quiero que Ángel y Diablín empiecen a discutir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario