Ahora lo veo claro y sin ningún tipo de reproche.
Duele reconocerlo y por momentos me siento imbécil pero es lo que hay. Siempre he puesto más de lo recibido en mis relaciones pero esto no implica que quiera recibir más o me sienta mal por ello. Lo plasmo por escrito, no como reproche, sino como acto de liberación y de reflexión: la historia se repite una vez más, la vida va colocando las cosas en su sitio si avanzas en su camino.
Decía Forest Gump que la vida era como una caja de bombones pero yo creo que es más como un viaje en autobús con un conductor novel y que quien conduce eres tú. Hay momentos en los que te pierdes y no vas por el camino esperado. A veces el trayecto es simple, llano y la carretera es tan amplia que te invita a pisar el acelerador; otras veces los caminos se vuelven tortuosos y angostos, tan llenos de polvo que no ves la dirección correcta pero no queda más remedio que tirar hacia adelante. Como buen autobús tendrás que parar varias veces por el camino de la vida y en cada parada habrá gente que se suba contigo y se quede para siempre, habrá quien se baje enseguida y no vuelva a subir, habrá quien se suba a mitad del trayecto y se quede hasta el final y pasajeros intermitentes, que subirán y bajarán varias veces. Cuando alguien se baja después de un gran trayecto te apenas pero nunca sabes si volverá a subirse. También hay pasajeros a los que echas tú del autobús porque te están amargando el viaje de alguna manera y es mejor liberar espacio que cargar con rémoras, que aún encima traen equipaje que ralentiza tu viaje. La vida sigue y tú autobús no va a pararse porque es parecido al que salía en Speed.
Dejando atrás la metáfora y volviendo a esta sensación con la que me he despertado pienso en la tristeza que me produce el hecho de tomar consciencia de esta pérdida. Me aferré de manera insana a seguir creyendo que tenía al mejor amigo que se pueda imaginar pero lo cierto es que olvidé que era una persona más, tan imperfecta como yo, a la que quizás exigí mucho de manera involuntaria. Hoy tomo conciencia y me preparo para un duelo más, perder a un amigo de forma no literal se parece más de lo que me gustaría al vacío que deja una muerte de un ser querido.
Querido amigo, te lo digo de corazón: "que te vaya bonito, mis mejores deseos" (lo decía Rosana e una canción) "que en la vida recojas lo que siembres de bueno"... Es lo único en lo que puedo pensar de ese tema porque lo de "pa ti no estoy", en este caso, no procede. Estaré ahí si así lo requiere la situación como ya he demostrado en otras ocasiones, no por demostrar nada a nadie sino porque me sale del alma.
Espero en el fondo que este adiós sea realmente un hasta pronto aunque tengo que verbalizar de algún modo de que este hecho es, de entrada, un punto y final a nuestra historia de amistad. A ver si me explico sin que se malinterprete… Tengo que dejarte ir y despedirme aunque la puerta se quede abierta. Tú, el destino o la suerte hará que ésta se cierre definitivamente o que quizás un día quieras volver a entrar. Y escribo todo esto sin acritud porque para algo tiene que servir está reflexión tras la revelación onírica…
Me siento muy feliz de haber compartido tantas cosas contigo que no cambiaría por nada: risas, lloros, miedos, confesiones, comidas, bodas, bautizos y comuniones… Gracias, de verdad por haber sido alguien tan importante para mí y mi familia, siempre serás mi hermano de otra madre, parte de mi familia, mi amigo y confidente.
Sabes perfectamente la ruta de mi autobús, sabes dónde está la cochera donde reparo para continuar el viaje… Disfruta de tu camino y sé feliz, aprende de tus aciertos y también de tus errores y el día que quieras volver no voy a pedirte explicaciones pero tampoco aguantaré reproches. En este sueño revelador que he tenido esta madrugada nos echamos cosas en cara que no arreglaron la situación, fue un sueño con final trágico, de esos que no me gustan y te dejan mal sabor de boca al despertar.
Hoy he amanecido con una lucidez que solo la falta de sueño te puede brindar y entre párpados a media hasta y el sueño persiguéndome he decidido escribirlo.
Un día más me siento afortunada pese a todo.